Booster es una palabra que está de moda y que últimamente escuchamos y leemos mucho dentro del mundo de la cosmética. ¿Pero qué es exactamente un booster y qué tiene de nuevo con respecto a lo que ya existía?

Un Booster es un producto cosmético que lo que hace es preparar y acondicionar la piel para posteriormente potenciar los efectos del tratamiento específico que utilicemos después en nuestra rutina, independientemente de sea cual sea su indicación.

Muchas veces se confunde con los sérum y en texturas se parecen, suelen ser muy fluidos ambos (los sérum pueden serlo menos a veces), pero su función no es la misma.

Los sérum son cosméticos que contienen altas concentraciones de activos y que tienen acción reparadora o de minimizar los signos propios del envejecimiento cutáneo como pueden ser las manchas o las arrugas, mediante elevadas concentraciones de antioxidantes, agentes hidratantes, renovadores celulares etc. Sin embargo los boosters lo que hacen es optimizar las defensas de la piel y aumentar su capacidad para renovarse, reforzando su función barrera y permitir que los productos que utilicemos seguidamente vean sus efectos potenciados optimizando significativamente los resultados de los tratamientos dermatológicos.

No hay una edad determinada para empezar a utilizarlos ya que depende de las necesidades de la piel. Son aptos para todo tipo de pieles y todas las edades. En los boosters simplemente son necesarias unas gotitas para aplicar en la superficie de cara y cuello y que ejerzan su acción.

Se aplica después de limpiar la piel y antes de la crema hidratante que utilicemos. También se pueden combinar con el sérum y entonces conseguiremos un tratamiento muchísimo más potente y efectivo. Se ven resultados generalmente de manera instantánea y con el uso continuado el aspecto de la piel mejora notablemente.